Pioneras en el mundo del vino: mujeres en La Rioja en los albores del siglo XX

A lo largo de la historia, las mujeres han estado presentes en el desarrollo del mundo vitivinícola, tanto de manera directa como indirecta. Algunas dictaron leyes para favorecer el comercio del vino o crearon y dirigieron grandes bodegas conocidas por todos: Catalina la Grande, que a finales del siglo XVIII eximió de aranceles los vinos malagueños para su consumo en Rusia; Françoise-Josephine de Lur-Saluces, (Chateau d’Yquem), Barbe Nicole Clicquot (Veuve Clicquot) o Louise Pommery, creadora del primer champagne brut y transformadora de la bodega Pommery, creando una arquitectura única que todavía podemos admirar en Reims.

Otras, fueron mano de obra barata en un mundo de hombres.

La industrialización de las fábricas llegó también a las bodegas de Rioja. A mediados del siglo XIX y con la amenaza de la filoxera en tierras francesas, los bodegueros riojanos influenciados por sus vecinos comenzaron a modernizarse.

El crecimiento de las bodegas supuso de igual manera un aumento en sus trabajadores, y claro está de la mano de obra femenina. Encontramos testimonios gráficos en bodegas como CVNE, Franco-Españolas o bodegas Bilbaínas, y un amplio campo documental en el archivo de bodegas López de Heredia.

En las primeras décadas del siglo XX, a través de la fotografía, se documenta la presencia de la mujer en las líneas de embotellamiento de CVNE, en la limpieza y posterior etiquetado de las botellas de champán Lumen de Bodegas Bilbaínas, así como en la línea de limpieza y embotellado de Bodegas Franco-Españolas.

Punto y aparte es la documentación que ofrece el archivo de López de Heredia. A finales de siglo XIX, cuenta con 6 mujeres en una plantilla de 22 obreros. Como hemos visto anteriormente, las mujeres se encargaban de actividades complementarias en la bodega, pero su presencia en el campo en la época de vendimia era imprescindible.

Con el paso de los años, la plantilla de trabajo irá aumentando y por consiguiente, la presencia de las mujeres en la bodega. Este crecimiento de la fuerza de trabajo traerá consigo movimientos obreros para reclamar una mejora en las condiciones laborales. 

El asociacionismo laboral femenino surgirá con fuerza en otras industrias riojanas como el de alpargateras, conserveras o tejedoras a partir de 1914, y años más tarde encontraremos el primer sindicato de mujeres en el mundo del vino, la Sociedad de Obreras Vínicolas de Haro, registrada oficialmente el 25 de Marzo de 1919. Es en este año, cuando las obreras vinícolas comienzan a negociar las bases de trabajo.

En el acuerdo, que se firma a principios de 1920, se establecen las condiciones laborales y salariales: las mujeres se emplearán en labores adecuadas a su sexo y resistencia física. Los lavaderos estarán provistos de agua caliente. En cuanto al salario, los obreros mayores de 18 años cobrarían 6 pesetas, los menores de 18 años y las mujeres, 3 pesetas.

Como hemos visto anteriormente, también el archivo de bodegas López de Heredia conserva gran cantidad de fotografías, en las que además del trabajo de lavado, llenado y etiquetado de botellas, podemos observar el trabajo en el campo, especialmente en la época de vendimia. Está claro que este trabajo era adecuado a su sexo y resistencia física, claramente no lo era el salario, muy inferior al de sus compañeros hombres.

Hoy 8 de marzo, celebramos el trabajo y valentía de estas mujeres pioneras, sin ellas no estaríamos aquí.